Nunca antes se vio a los alumnos del C.E.I.P. LOS ARENALES DE CANTALEJO con semejante interés y admiración. Marcos Rodríguez Pantoja, “EL NIÑO SALVAJE DE SIERRA MORENA” “EL MOWGLI DE SIERRA MORENA”, estuvo en el centro educativo briquero hoy, 12 de abril de 2018, para dar a conocer su increíble y apasionante historia vital.
Desde los 6, hasta los 19 años , su vida se desarrolló entre lobos, animales y naturaleza. Sin contacto con el ser humano. Las palizas que recibía hasta los 5 años, cómo sus padres le vendieron a un “señorito” para que le cuidara las cabras en el monte con otro cabrero adulto. Cómo este moría después de haberle enseñado lo necesario para sobrevivir. La soledad. Las penurias. El acogimiento por parte de una familia de lobos y su vida en “soledad” natural (él la califica como la mejor época de su vida) hasta que fue detenido, a los 19 años, por la guardia civil, y “devuelto” a la sociedad. Incomprensión, vida en la ciudad, cambios de población, multitud de trabajos, engaños…hasta el día de hoy,momento en el que se encuentra viviendo en Rante (Ourense). Ha hecho numerosos documentales, programas de televisión y radio y de vez en cuando va a algún colegio para dar charlas.
Antes de proyectar un fragmento de la película “ENTRE LOBOS” (2010) basada en la historia fidedigna de su propia vida, en el centro cultural José Rodao de Cantalejo, Marcos explicaba sus sensaciones, sus valores y sus consejos a los 250 niños del patio de butacas. Explicaba su sentir, sus vivencias, sus habilidades comunicativas con los animales, todo tipo de ruidos de reclamo animal aprendidos en su etapa de vida en la naturaleza, e.t.c.. Los alumnos no pestañeaban. Rompían en aplausos cada vez que les era posible. Y Marcos, ya un anciano de 72 años, les animaba con el valor del trabajo, del respeto a los mayores, a la naturaleza y al mundo animal. Para finalizar, después de ver la proyección, los niños le hacían preguntas y el respondía con una sinceridad y habilidad dignas de elogio. Lástima que no hubiera estado 4 horas más. Los niños no se querían levantarse de los asientos y le despidieron con un sonoro, largo, intenso y sentido aplauso. Jamás olvidarán los valores de respeto que hoy les fueron transmitidos.
Todo gracias a MARCOS RODRÍGUEZ PANTOJA
